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Mi blog

Lo que creemos es lo que dirige nuestra existencia

… todo son creencias. Lo que creemos es lo que dirige nuestra existencia, lo que dirige nuestra vida. Construimos un sistema de creencias que es como una caja en cuyo interior nos instalamos; no podemos escapar porque creemos que no podemos hacerlo. Y esta es la situación en la que nos encontramos. Los seres humanos crean sus propias restricciones, sus propias limitaciones. Decidimos lo que es humanamente posible y lo que es imposible, y, después, solo porque así lo creemos, se convierte en nuestra verdad”.
La maestría del Amor” -  Miguel Ruiz
En busca de nuestra identidad
Aristóteles iniciaba su tratado de Metafísica con la frase “Todos los hombres desean saber”.  Así de universal.  Es fácil constatar que en nuestro interior existe un deseo (Intención) profundo de conocer y saber. Ese deseo hace que en nuestro cerebro empiecen a crearse conexiones  buscando datos. Y ello, a su vez, da lugar a que si usamos la Atención (es cuando participa la parte más especializada de nuestro cerebro) veremos que va apareciendo la información que nuestro deseo ha solicitado (empieza a mostrarse de múltiples formas a tu alrededor, a través de comentarios, amigos, libros, imágenes…).  Es sorprendente cómo de alguna forma nos son dadas pistas para ir descubriendo La Respuesta. Todo ello, nos infundirá la perseverancia (Dedicación) hasta completar la búsqueda.
Para conocerse a sí mismo es necesario observarse, ser un espectador de nuestra forma de comportarnos, de pensar, de reaccionar, de emocionarse, de excitarnos… Observar sin juzgar, sólo constatando. Como si tú “yo” se desdoblara, y tu “yo-b” fuese un observador permanente de lo que tu “yo-a” hace, piensa y reacciona en cada momento.  Lo que estaremos contemplando son esquemas emocionales y mentales que no son nosotros, sino que son formas adquiridas a lo largo de nuestra vida, producto de nuestras circunstancias. Es decir:
  Lo que somos ahora es resultado de lo que fuimos.
Con esas formas, patrones o esquemas adquiridos corremos el riesgo de llegar a una observación de nuestro yo sesgada, parcial, condicionada. Es decir:
   No somos lo que creemos que somos.
Si preguntamos a los demás que nos describan, nos encontraremos con otras versiones diferentes a la nuestra. Es decir:
   Tampoco somos lo que los demás creen que somos.
No somos pues lo que creemos ser ni tampoco lo que los demás creen que somos. Entonces,
   ¿Qué somos realmente?
Conocerse a si mismo no es tan fácil. Es una aventura interesante intentarlo.
A medida que vayamos observándonos, nos iremos conociendo, al conocernos iremos identificando lo adquirido, y de esta manera  podremos liberarnos de todo lo que no es nuestro; empezaremos a redescubrirnos,  reconstruirnos y conseguir ser conscientes de quienes somos. 
Puede que prefieras continuar con tu forma de ser, con tu forma de comportarte en tus relaciones sexuales, de experimentar el sexo desde el nivel instintivo que el morbo añade a las relaciones casuales, o desde el modo acomodado y rutinario en que suelen desembocar las relaciones consolidadas.  Pero si has llegado hasta aquí, presumo que te guía un deseo de cambiar, de evolucionar a una sexualidad más satisfactoria en lo duradero, y como parte de un bienestar general que puedes llamar felicidad. 
Para llegar ahí, el primer paso es ser conductores de nuestra vida, en lugar de dejar a la vida que nos conduzca; de obtener el control. 
Y eso lo conseguiremos ganando consciencia.  Sabiendo quienes somos, conseguiremos ser conscientes
 Objetivo: Ser conscientes de nuestra sexualidad